El fantasma
“Oyó el rey Herodes la fama de Jesús, porque su nombre se había hecho notorio; y dijo: Juan el Bautista ha resucitado de los muertos, y por eso actúan en él estos poderes. Otros decían: Es Elías. Y otros decían: Es un profeta, o alguno de los profetas. Al oír esto Herodes, dijo: Este es Juan, el que yo decapité, que ha resucitado de los muertos. Porque el mismo Herodes había enviado y prendido a Juan, y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano; pues la había tomado por mujer. Porque Juan decía a Herodes: No te es lícito tener la mujer de tu hermano” Marcos 6:14-18
Dicen los expertos que los fantasmas, son apariciones, en muchas culturas son supuestos espíritus o almas que se manifiestan entre los vivos en forma sensorial, es decir de forma evidente a nuestros sentidos, ya sea por olores, sonidos, formas, o movimientos de objetos. Hay toda una parafernalia, un espectáculo, con respecto a los fantasmas.
¿Cómo quieres ser recordado?
Cuando dudo de mi llamado
El corazón de la genuina alabanza
Yo nunca me olvidaré de tí.
Historia del símbolo cristiano del pez
El símbolo del pez es una profesión de fe abreviada en una sola palabra. La palabra pez en el griego clásico se dice Ichthys, y para los cristianos formaban un acróstico con las palabras Iesous CHristos THeous Uios Soter, o sea Jesús Cristo Hijo de Dios Salvador.
La inicial de cada una de estas palabras forma la palabra griega que significa pez, y se ha vuelto a usar mucho en esta segunda parte del siglo XX.
El primero en mencionarlo es Clemente de Alejandría (150-215). Tertuliano (160-220) también hace referencia a él: «Nosotros somos pececillos y Cristo nuestro gran pez».
Santa Cena
El Señor me dijo: “Te he puesto por fortaleza en mi pueblo, como al atalaya sobre una torre, para que conozcas y examines los caminos de ellos. A los líderes de las iglesias anunciarás lo que descubras”.
Esta palabra tiene su fundamento bíblico en Jeremías 6:27 y 5:5a. En cumplimiento de esa comisión, aquí le envío lo siguiente:
Recordemos que edificar la iglesia con otras ideas diferentes a las ordenadas por Dios, es levantar un altar al ídolo de la vanidad (Jeremías 18:15),
La mujer como suegra y nuera
“Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a donde quiere que tú fueres, iré yo, y donde quiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios”.
El texto seleccionado, es uno que generalmente leemos en todas las invitaciones que recibimos de parte de los novios que nos invitan a la celebración de sus nupcias. Con mucha felicidad y alegría nos entregan su bonita invitación, esperando contar con nuestra presencia. Ya en la ceremonia, el día de la boda, el pastor toma este mismo versículo y basa en él su sermón, entregando una serie de consejos para que ambos sean todavía más felices que lo que ya han sido durante su noviazgo.
Adoración Cristiana: «Más que todo»
Adoración Cristiana – Más Que Música
La adoración cristiana es a menudo vista como la parte musical del servicio en la iglesia – gente cantando canciones a Dios, con la cabeza hacia atrás, los ojos cerrados, y las manos levantadas mientras cantan. La adoración cristiana sucede cuando cantamos a Dios, sea en una iglesia o solos – en nuestro auto o en la ducha. Es adoración, si nuestro deseo es agradar al corazón de Dios, sin importar el sitio ni cuántos estén involucrados.