“Oyó el rey Herodes la fama de Jesús, porque su nombre se había hecho notorio; y dijo: Juan el Bautista ha resucitado de los muertos, y por eso actúan en él estos poderes. Otros decían: Es Elías. Y otros decían: Es un profeta, o alguno de los profetas. Al oír esto Herodes, dijo: Este es Juan, el que yo decapité, que ha resucitado de los muertos. Porque el mismo Herodes había enviado y prendido a Juan, y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano; pues la había tomado por mujer. Porque Juan decía a Herodes: No te es lícito tener la mujer de tu hermano” Marcos 6:14-18
Dicen los expertos que los fantasmas, son apariciones, en muchas culturas son supuestos espíritus o almas que se manifiestan entre los vivos en forma sensorial, es decir de forma evidente a nuestros sentidos, ya sea por olores, sonidos, formas, o movimientos de objetos. Hay toda una parafernalia, un espectáculo, con respecto a los fantasmas.
Sin embargo, otro significado según el diccionario, fantasma puede ser, una amenaza de un riesgo inminente o temor que algo ocurra. Un ejemplo es cuando decimos: Nos persiguen los fantasmas del pasado.
Herodes era molestado por un fantasma. Un fantasma que no lo dejaba dormir. Un fantasma que lo acechaba día y noche.
En la cabeza de Herodes, resonaba en su cabeza; No te es lícito, no te es lícito, no te es lícito. – ¿Te ha sucedido? Has escuchado la voz que resonaba en la cabeza de Herodes. No te es lícito. Quizá, después de tomar en exceso, o de drogarte, o incluso de fumar, que tal después de ver pornografía, después de robar, de insultar, de no respetar, de ser infiel, de no ayudar cuando puedes, que tal cuando sabes que estas haciendo algo malo… ¿Has escuchado esa voz que dice: No te es lícito.?
Todos tenemos algo que cambiar, para Herodes era la mujer de su hermano Felipe, Herodías. Podía haber tenido cualquier mujer siendo rey, pero escogió a la de su hermano.
Puedo ver a Herodes sentado en su cama, solo, como un mueble más en la habitación. Meditando en esas cuatro palabras No te es lícito. La noche anterior había estado con Herodías, seguramente había tenido relaciones. La diversión se había ido, ahora solo quedaba el fantasma, No te es lícito. Herodes anhelaba como tú o como yo una vida plena, una vida feliz, y aunque la noche había sido alegré, la mañana se tornaba amarga.
Herodes no sabía que hacer, tenía miedo, algo dentro de él, le recordaba: NO TE ES LÍCITO, el fantasma lo dejaba pensando en sus actos. Una parte de Herodes le gustaba escuchar las buenas nuevas, de vez en cuando ese, No te es lícito, se convertía en una vida mejor. El No te es lícito, anunciaba el arco iris después de la lluvia. El No te es lícito le daba esperanza, de una vida plena.
Pero también había otra voz, una que le decía callemos para siempre el No te es lícito. Herodes le gusta la idea, y pregunta ¿Cómo? Matemos al heraldo, al mensajero de Dios y así no escucharemos más: No te es lícito.
Herodes no le gustaba mucho lo que escuchaba, sí quería silenciar a esa fantasma que lo perseguía día y noche, pero no de esa forma. Sabemos el desenlace, Herodías logró convencer a Herodes, mandó matar a Juan el Bautista.
Sin embargo el fantasma no se fue, el No te es lícito resonaba cada vez más fuerte, el fantasma lo atormentaba tanto que llego a creer que Jesús era Juan resucitado. “Este es Juan, el que yo decapité, que ha resucitado de los muertos”
Lo que Herodes hizo, no es tan diferente de lo que nosotros hacemos, al igual que él, de vez en cuando escuchamos: No te es lícito. De vez en cuando no podemos dormir, no estamos a gusto, estamos como desesperados.
¿Qué debemos hacer? Inmediatamente al escuchar “No te es lícito”, podemos hacer dos cosas: No atender y hacernos de oídos sordos. “No oigo, no oigo, soy de palo y tengo orejas de pescado” o bien arrepentirnos y cambiar. Y es aquí cuando el fantasma se convierte en buenas nuevas, el No te es lícito se trasforma en una nueva oportunidad. Es como si estuviéramos apunto de tomarnos una botella de agua, y alguien nos dice: No te es lícito, es veneno. ¿Qué no te das cuenta?
No leo la mente para poder saber qué no es lícito para ti. Pero lo que sí se es que seguramente no te conviene. Es algo que seguro te va a perseguir como un fantasma.
Mi consejo es el siguiente: “El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio”