Homilética. La motivación del predicador. |Parte II
Características
a) LA MOTIVACIÓN DEL PREDICADOR
Esta comienza en el corazón. Y tiene que ver con el incentivo interior, producido por el llamado de Dios. ”Predicar es un trabajo duro” en todo sentido. El que lo hace con regularidad, se encuentra muchas veces sumido en el pantano del desaliento. ¿En dónde encontrar fortaleza en la debilidad?
Pablo tenia el secreto. Era un mayordomo de los misterios de Dios, “un depositario de los secretos de Dios.” (1 Co.4:1, Phillips).
El evangelio era el depósito sagrado que le había sido confiado por Dios mismo, era una carga en su corazón al punto que exclamaba: “la comisión me ha sido encomendada,” (oikonomia, mayordomía, 1 Co.9:17). Y otra vez: “Me es impuesta necesidad; y, ¡ay de mi si no os anunciare el evangelio!” (1Co. 9:l6), y en Ro.1:14: “Soy deudor” de predicar el evangelio.
La VOCACION del predicador, nace en su corazón, el día que Cristo perdona sus pecados, corre por su sangre y golpetea en su corazón hecha mensaje,
Comenzamos un tema sumamente práctico, porque, tiene que ver, con la persona del predicador. Nuestro énfasis no será tanto en la técnica – ya que hay suficientes libros que se pueden consultar. Nuestra tarea es revisar la motivación de nuestro corazón. ¿Qué es lo que te lleva a predicar? ¿Por qué lo haces?
Si Dios le diera la oportunidad de concederle cualquier cosa que usted pida, ¿Qué le pediría usted a Dios? ¿Solicitaría dinero, larga vida o algún tipo de posición importante?
4. El líder administrador