¿Conoce usted cuál es su estilo de liderazgo? Parte II.

4. El líder administrador
Siempre se ha discutido en los círculos de liderazgo acerca de las diferencias entre la administración y el liderazgo. Tal vez ha escuchado: «Los administradores hacen las cosas correctamente, los líderes hacen las cosas correctas» y otras descripciones.

Estas podrían ser de gran ayuda, pero estoy convencido de que ciertos líderes poseen la peculiar habilidad de establecer indicadores durante el camino para señalar el destino. Luego organizan y monitorean a las personas, procesos, sistemas, y recursos para alcanzar la misión. Dos ejemplos del Antiguo Testamento son: José y Nehemías.

Lo que es más asombroso para aquellos que no tienen este estilo es que los líderes administradores se sienten muy satisfechos a la hora de ¡hacer todos estos procesos administrativos!

Usted se sorprenderá de la cantidad de líderes visionarios que no tienen la habilidad para administrar a las personas, procesos, y sistemas. Muchos líderes estratégicos y orientadores realmente no pueden colocar a las jugadores, recursos y sistemas en el lugar adecuado para alcanzar las metas de la iglesia.

A menudo he dicho en nuestra iglesia: «Tarde o temprano alguien tendrá que administrar todo esto». Siempre han abundado los líderes visionarios, los orientadores y los estratégicos, pero siempre hay escasez de líderes administradores. Eso ha causado algunas heridas en nuestro camino.

Los líderes administradores a menudo no son tan populares como aquel que puede dar una gran charla acerca de la visión o tomar una gran decisión durante la sesión de la junta o poner en acción un gran plan. Sin embargo, en el mundo día a día alguien tiene que administrar el proceso para asegurarnos de que llegaremos hasta donde queremos ir.

5. El líder motivacional

Estos líderes pueden discernir sobre quien necesita un nuevo desafío o una capacitación adicional. Pueden sentir quien necesita ser reconocido públicamente, o una palabra de aliento, o un día libre. Ellos saben cuando alguien necesita un aumento salarial, un cambio de oficina, un cambio de título, o un tiempo libre.

Desafortunadamente, algunos perciben al estilo motivacional como un estilo de liderazgo poco serio. Bueno, ¡sencillamente pregúntenle a los miembros del equipo lo importante que es recibir una inspiración constante!

Yo seguiría a un líder que me motive, que me diga lo mejor que hay en mí, que celebre mis triunfos y progresos.

Los líderes motivacionales saben que los miembros de equipo se cansan, pierden el enfoque, y se desvían de la misión. Los miembros de equipo se preguntan si lo que están haciendo realmente significa algo para alguien —o para Dios. Los líderes motivacionales no se amargan o se vuelven vengativos cuando la moral disminuye. Lo ven como una oportunidad para inspirar y levantar los ánimos de todos en el equipo.

Jesús constantemente motivaba a sus discípulos. Le cambió el nombre a Pedro. Le prometió a sus seguidores una recompensa en esta vida y en la venidera. A menudo, Jesús llevaba a sus discípulos a un lugar alejado y les decía: «No escalemos una colina. Mejor durmamos a los pies de una. Vamos a pescar, a comer, y a divertirnos.»

Algunos de nuestros miembros de equipo les encantaría pasar todo un día con su líder alrededor de una fogata en un lugar tranquilo, en vez de siempre estar bajo su mando.

¿Recuerda el momento en que Jesús les dijo: «Los llamaré amigos»? Siempre les prometió «En la casa de mi Padre, muchas moradas hay. No puedo imaginar pasar la eternidad sin ustedes. Estarán conmigo para siempre.»

Nunca menosprecie este estilo si Dios se lo ha dado.

6. El líder pastoral

Este hombre o mujer ama a los miembros del equipo tan profundamente, los nutre tan gentilmente, los apoya tan consistentemente, los escucha tan pacientemente, y ora por ellos tan diligentemente que la misión del equipo se alcanza. Ocurre primeramente debido a la buena voluntad de los corazones de aquellos que han sido cuidados por el pastor.

Soy parte de la junta de Visión Mundial, una organización que por más de treinta años ha alimentado a niños hambrientos. Ellos han tenido diferentes presidentes, y colaboradores han apoyado la visión, sin importar quien estuviera al mando.

Ocurre una dinámica diferente con los líderes pastorales y sus equipos. Los miembros de equipo apoyan a su pastor, y a menudo piensan que cualquier causa importante para el líder está bien para ellos. Si es totalmente cristiano, si podemos realizarlo en la comunidad, si podemos conservar a nuestro pastor, lo haremos.

En el Segundo libro de Samuel Capítulo 23 se registra el liderazgo de David en sus primeros días. Él juntó a los solitarios y enemistados, luego los pastoreó profunda y amorosamente. Una noche, mencionó que tenía sed, pero sus tropas estaban rodeadas por el enemigo. Tres miembros de su equipo arriesgaron sus vidas para escabullirse detrás de las líneas enemigas y así llevarle a David un jarrón de agua. Cuando le dieron el agua, lo conmovió tanto la expresión de amor que lo derramó como una ofrenda de adoración.

Si bien hay personas con causas que esperan que un líder visionario los guíe a una misión, existe un sorprendente número de personas que desean ser pastoreadas y amadas. Cuando lo son, buscarán gozosamente casi cualquier propósito del Reino. Si puede pastorear a un grupo de personas, usted es líder, y puede realmente marcar una diferencia.

7. El líder que desarrolla equipos

Los líderes que desarrollan equipos tienen un discernimiento sobrenatural acerca de las personas. Ellos descubren o desarrollan líderes con las habilidades, temperamento, y química correctas con los otros miembros del equipo. Colocan a las personas en las posiciones adecuadas por las razones correctas que producirán los resultados deseados.

Cuando el líder que desarrolla equipos tiene a todas las personas en su lugar, él o ella les dice: «Ustedes saben lo que intentamos hacer. Ustedes saben cual es su responsabilidad en la misión. Ustedes conocen cuales son las responsabilidades de los demás. Así que ¡adelante! Trabajen duro. Alcancen sus objetivos. Comuníquense con sus colaboradores, pero actúen.»

El líder que desarrolla equipos tal vez no eduque ni maneje bien a las personas porque podría pensar que no es necesario. Si las personas correctas están en las posiciones correctas haciendo las cosas correctas por las razones correctas, ellos harán el trabajo sin que haya un líder observando cada uno de sus movimientos. Para mí, pocas actividades son tan emocionantes como unir a las personas correctas, ponerlas en las posiciones correctas, para luego dejar que ese equipo trabaje duro y se divierta.

8. El líder «de riesgo»

Estos líderes poseen visión, energía ilimitada, y un espíritu que se arriesga. La característica que los distingue es que trabajan mejor en la etapa de inicio. Aman que se les diga que no se puede hacer.

Pero una vez que el esfuerzo requiera de un liderazgo tranquilo y continuo —una vez que los asuntos se compliquen y haya largas discusiones acerca de las políticas, sistemas, controles y bases de datos— el líder de riesgo pierde la energía y tal vez, incluso, el enfoque y seguridad. Él o ella empieza a observar el otro lado y se pregunta si habrá por ahí un nuevo proyecto.

Los líderes de riesgo a menudo se sienten culpables ante el pensamiento de abandonar algo que crearon. Pero si piensan que «no pueden crear a algo cada cierto tiempo», algo dentro de ellos empieza a morir. Ese es su estilo y es importante en el Reino.

El apóstol Pablo era un líder «de riesgo». Él quería fundar iglesias donde Cristo no había sido proclamado. Él quería fundar iglesias, luego dejar a alguien más para que las digiera y así poder ir a otro lugar. Pablo no se disculpó por su estilo de liderazgo.

9. El líder que re-organiza

Algunos líderes tienen éxito en una situación que había perdido la visión o el enfoque, o una que había sido equipada inapropiadamente. Este tipo de líder dice: «¡Dios mío! Debo re-organizar toda esta situación». Se dan cuenta de cual era la misión y que se necesita hacer ahora. Deciden cómo se medirá el progreso y el éxito. Aman ajustar, sanar y revitalizar las iglesias heridas.

Pero cuando el grupo está funcionando correctamente, los líderes que re-organizan tal vez no quieran mantenerse dirigiendo durante el largo trayecto. A menudo, en lugar de administrar lo que han re-diseñado, buscan otro proyecto para reparar. Cuando encuentran uno, exclaman: «Me encantaría meter mis manos en ese asunto. Realmente podría manejar esto y sacar algo grandioso de eso.»

10. El líder «constructor de puentes»

Este líder trae una amplia gama de colaboradores bajo un mismo liderazgo para que una organización compleja pueda alcanzar su misión.

Esta proeza requiere de una enorme flexibilidad por parte del líder —la habilidad para comprometer y negociar, escuchar, entender, y no tener un pensamiento cerrado. Requiere no solo de la habilidad de ser diplomático; sino también el don de ser capaz de relacionarse con diversas personas.

En una aventura de inicio, un líder está rodeado de aquellos quienes comparten su visión. Esto contrasta con una iglesia u organización paraeclesiástica conformada por constituyentes bien definidos, muchos de los cuales se preocupan muy poco por la visión general del ministerio. Ellos solo quieren asegurarse de que se suplan sus intereses.

Hablé con un pastor que me dijo: «Me muero. El coro quiere nuevos trajes. El líder de jóvenes desea un nuevo gimnasio. El departamento de misiones quiere más dinero. El departamento de escuela dominical quiere más salones de clase. Las personas de producción desean más equipo. Las personas de la tercera edad quieren que se impriman más himnarios, y los jóvenes adultos desean que la sala de juntas se convierta en una cafetería.»

La variedad de esas peticiones hicieron que imaginara a cada uno de esos subcomités como el enemigo. Pero esa situación motiva a un líder «constructor de puentes». Un constructor de puentes se convierte en el mejor amigo y defensor de todos los grupos componentes. Él o ella busca unirlos y concentrar sus esfuerzos.

Más allá de la envidia

Me preocupa que haya cierta «envidia de dones» entre los líderes cristianos de hoy. Dios nos dio a cada uno de nosotros nuestra mezcla de dones por una razón. Cuando los líderes adoptan el estilo de alguien más, pierden las oportunidades que Dios les ha dado.

Me alegro cuando veo el mundo y veo florecer iglesias de todo tipo, con muchos tipos diferentes de líderes porque se necesitará una variedad de iglesias guiadas por una variedad de líderes para alcanzar a nuestro mundo con el amor de Cristo.

Cual sea que sea su estilo, reconózcalo, celébrelo y póngase en marcha y dirija.

Por Bill Hybels.