La mujer como suegra y nuera
“Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti; porque a donde quiere que tú fueres, iré yo, y donde quiera que vivieres, viviré. Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios”.
El texto seleccionado, es uno que generalmente leemos en todas las invitaciones que recibimos de parte de los novios que nos invitan a la celebración de sus nupcias. Con mucha felicidad y alegría nos entregan su bonita invitación, esperando contar con nuestra presencia. Ya en la ceremonia, el día de la boda, el pastor toma este mismo versículo y basa en él su sermón, entregando una serie de consejos para que ambos sean todavía más felices que lo que ya han sido durante su noviazgo.
A.T. – La primera pérdida fue de un embarazo que deseábamos mucho los dos. Al llegar al tercer mes nos enteramos por medio de una ecografía que el embarazo