Cristianos y la Pornografía. Parte III

Si estás metido en este pecado de pornografía hay dos tendencias que debes resistir. Una de ellas es la tentación secundaria de justificar tus acciones. Frecuentemente el uso de la pornografía viene en parte de frustración con la experiencia sexual, sea por ser un joven soltero o por insatisfacción en la relación sexual o emocional del matrimonio. Y muchas veces esa frustración se convierte en una justificación. Por ejemplo,

* “es verdad que está mal usar la pornografía. Pero el caso mío es diferente. Yo estoy en una situación en la cual es extremadamente difícil obedecer y por eso no está tan mal. Dios entenderá.”

Cristianos y la Pornografía. Parte II

Pero más que condenar a la pornografía y su práctica con largas erudiciones, yo estoy interesado explorar cómo se obtiene la victoria…

Pasos prácticos para combatir la pornografía

¿Qué podemos cortar?

No rechacemos soluciones prácticas para este problema de la pornografía. A veces somos tan superespirituales que la única solución que se nos ocurre es orar más y leer la Biblia más. O decir “Dios te dará el poder.” Aunque esto es seguramente importante y verdadero, no es la solución completa, y estoy seguro que el que usa pornografía mayormente ya lo ha intentado. ¿Suena escandaloso decir que leer la Biblia y orar no es suficiente para vencer el pecado? Bueno, Jesús mismo recomienda acción práctica para superar el problema de codiciar una mujer, pues el pasaje que ya he señalado en Mateo 5 continúa con:

Cristianos y la Pornografía. Parte I

Fue en los años 90 que todo cambió. Antes el que quería ver pornografía tenía que tomar un paso público: tenía que comprar una revista, o ir a un cine, o quizás comprar un canal en su cuenta de cable, el cual no se podía esconder del resto de la familia. Para muchos cristianos ese acto público era lo suficiente como para contrarrestar la fascinación con esa fruta prohibida de la pornografía. Pero todo cambió con el estreno del Internet, pues esa barrera social desapareció por completo. Ahora la pornografía es una experiencia que imita la imaginación por ser totalmente privada. En anonimidad completa y en la privacidad de nuestras casas, oficinas y cibercafés las barreras se han removido y la pornografía es hoy una concretización ubicua de nuestras obsesiones sexuales ocultas.

No es un secreto que la industria pornográfica ha expandido exponencialmente en los últimos 15 años y que todavía está creciendo. Resaltemos algunos de los números:

Mujeres y Pornografía: Lo increíble se convierte en realidad

parejaEl rostro de Susan delató repugnancia la primera vez que su marido le sugirió que vean juntos una película para adulto. «Cariño, no sólo deseo realzar nuestra relación intima,» exclamó Jim, «sino que ya no necesitaré tener una vida sexual separada de ti. Esto terminará con todo secreto de nuestro alrededor.»Ella por mucho tiempo tenía la esperanza de que él parase su adicción “online”, pero ésta era tan grande. «Somos cristianos, Jim,» protestó, «¡y esto es incorrecto!»»¿Incorrecto?» respondió Jim. «Conozco terapeutas cristianos que sugieren el uso de esto para mejorar sus vidas sexuales. ¿Cómo puede esto ser malo?»Después de años de tratar con la vida secreta de Jim, Susan eventualmente aceptó y se unió a lo que se está convirtiendo en un número cada vez mayor de mujeres cristianas que regularmente ven pornografía.

Los efectos funestos de la pornografía.

alertaNota de PoderyGloria.com: Si bien al momento de leer este artículo, dudamos en «subirla» a nuestro portal, debido a su fuerte contenido, finalmente decidimos hacerlo, para poner en alerta al Pueblo de Dios sobre esta artimaña que el diablo está usando para hacer caer a muchos cristianos en estos últimos tiempos.

Es necesario, hermano y hermana, que nos pongamos en alerta y cuidemos de nuestros hijos y nuestra pareja, para que no caigan en este pecado. Es necesario que tú, joven y señorita, que quizás estás entrando en la pornografía, que te alejes de ella y le pidas ayuda a tus cercanos y más aún a nuestro Señor Jesús, para que te de la victoria.