Se venden milagros

Se venden milagros

Fue una noche anhelada luego de un intenso día de trabajo.  Lo que deseaba era sentarme en el sofá de mi casa y disfrutar unas dos horas de Televisión antes de ir a la cama.  El control remoto me llevó a navegar en la cresta de las olas tecnológicas hasta que un buen partido de football me atrajo la atención, pero ya estaba terminando, quedé con ganas de más pero en mi hambre de más deporte al buscar mis ojos quedaron fijos en un canal cristiano.

Quién allí hablaba estaba desesperadamente compungido y creyendo que era algo supremamente espiritual me quedé deseando saber más de lo que había tocado el corazón de quién hablaba

¿Qué provoca tu alabanza?

“Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían”. (HECHOS 16:25)

Ellos estaban encarcelados, pero no se sentían presos.
Sus almas se encontraban en plena libertad.
Sus corazones le adoraban con más devoción que nunca.
Sus mentes meditaban solo en las grandezas de Dios.
Ellos sabían que estaban allí con un propósito específico.
Por eso mientras las cadenas trataban de atarlos, ellos podían cantar hermosas melodías para Dios y los demás prisioneros los escuchaban.