El orden divino en la alabanza: el Fuego (2da parte)
El segundo elemento que encontramos referente a la santidad del Altar del Incienso es el fuego de Dios que quema el incienso para elevar el aroma correcto. El fuego debía tomarse del altar de los sacrificios y ser depositado en el incensario del sacerdote para que éste lo pudiera mecer y así llenar toda la casa del Señor con un aroma delicado. El fuego del altar, es figura de la música que proviene de Dios. La música es un catalizador que eleva la adoración de los santos. El fuego es muy importante y Dios se refiere en tres ocasiones al “fuego extraño” que los hijos de Aarón ofrecieron a Jehová (Lev. 10:11; Num. 4:4; 26:61).
Su error consistió en tomar fuego de otra fuente diferente al altar y ponerlo en sus incensarios. El acto fue reprobado, aún cuando usaron el incienso correcto porque el fuego aplicado no había sido mandado por Dios
El joven cristiano y los Ministerios de Fuego.
Dios te ha llamado como joven hacer un factor de cambio en donde esté, no importa la circunstancia que este viviendo
