Introducción: Todos enfrentamos diferentes momentos de crisis, y todos tenemos diferentes reacciones. Por ejemplo Moisés cuando debía hablarle a la roca la golpeó, y esto trajo tristes consecuencias para él (vemos en Moisés el enojo ante la crisis). Ante la persecución de Jezabel Elías el profeta quería morirse (Elías experimentó la depresión ante la persecución), y Jonás ante la encomienda de ir a predicar a Nínive huyó a Tarsis. Dios desea que ante cada situación de nuestra vida podamos depender de él y tomar decisiones correctas que nos permitan ver su gloria…
¿CÓMO SUPERAR LAS DIFICULTADES?
1) Ante las dificultades el ser humano reacciona de maneras diversas.
Nota: El capítulo 14 de Éxodo nos relata la persecución del faraón y su ejército contra los hebreos, después que derrotado por la mano de Dios los tuvo que dejar salir de Egipto. Cuando Israel mira atrás y ve venir a faraón, tiene varias actitudes ante esto, pues además tenía al frente el mar rojo, leamos Éxodo 14:10-12 donde vemos que los israelitas:
a) “Temieron en gran manera” = miedo
b) “Clamaron a Jehová” = clamor, oración
c) “Dijeron a Moisés: era mejor haber muerto en Egipto” = deseos de morir.
Nota: La verdad es que éste comportamiento, mezclado de miedo, clamor y fracaso, ha sido el nuestro en muchas ocasiones, cuando enfrentamos la presión del enemigo, los numerosos obstáculos y/o la incertidumbre del futuro, vemos entonces que no hay mucha diferencia entre el comportamiento de ellos y el nuestro. Te invitamos a leer: “La caída del apóstol Pedro”.
2) La firmeza ante la adversidad es alimentada por la confianza en Dios (Éx. 14:13a).
Nota: El miedo hace que la persona huya, se desanime, renuncie (la persona entra en una crisis emocional y de fe). La seguridad y confianza de Moisés es un ejemplo digno de imitar hoy día, él dice: “No temáis, estad firmes”, frase que una y otra vez se repite en la Biblia, en diferentes tiempos, diferentes circunstancias y con diferentes héroes de las Escrituras, pues el temor y la fragilidad son componentes que no podemos excluir de la naturaleza humana, pero cual Moisés, quien conoce a su Dios se esforzará y actuará, confiará en la providencia soberana de su Dios.
3) Debemos mirar con los ojos de la fe (Éx. 14:13b).
Nota 1: Los ojos naturales veían al enemigo venir a destruir a todo el pueblo de Israel. Moisés invita al pueblo a “ver la salvación que Jehová hará hoy”. Solo los ojos de la fe pueden ver al Invisible, solo éstos ojos pueden ver el milagro antes de ser manifestado en lo natural, con éstos ojos fue que “Moisés se sostuvo como viendo al Invisible”. Debemos tener presente siempre que cuando caminamos por el sendero que Dios ha trazado para nuestra vida, él también va caminando con nosotros para animarnos, fortalecernos y hacernos testigos de los milagros en el camino.
Nota 2: Tal vez tu veas con los ojos naturales que todo se acaba, que todo se viene abajo, pero debes mirar con los ojos de la fe que ven a Dios por encima de todos los problemas, los ojos que lo ven vencedor en todo, son los ojos que ven la salvación de Dios (El Señor los había librado de Egipto, y también lo haría ahora frente al mar rojo).
4) Es Dios quien pelea por su pueblo (Éx. 14:14a).
Nota: Ahora veamos que frase tan impresionante: “Jehová peleará por vosotros”, recordemos que Israel venía de ser esclavo, no era gente de guerra, pero Dios mismo pelearía por ellos. Es interesante que también la Biblia, presenta a nuestro Dios como “Jehová de los ejércitos”, imagínate por un momento su inmenso poder, tanto es así, que según Apoc. 20:1-2, Dios envía “un solo ángel” con una cadena en su mano y Satanás es atado por mil años y lanzado al abismo. Esto nos lleva a pensar: si un solo ángel es poderoso, cuanto más su ejército, entonces imagínate cuán grande es el poder de nuestro General.
5) La paz es un anexo de la fe (Éx. 14:14b).
Nota: Ante esta verdad (“Dios pelea por su pueblo”), Moisés le dice a Israel: “vosotros estaréis tranquilos”. Claro en ese momento el mar no se había abierto y faraón con su ejército se acercaba, pero la tranquilidad de nuestro corazón debe reposar en el poder de nuestro Dios, y no en las circunstancias que nuestros ojos naturales puedan ver. Podemos estar tranquilos, Jesús dijo: “vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas”. Antes sus propios ojos Dios hace un milagro e Israel cruza el mar rojo. Poderoso es Dios para darnos la victoria sobre lo que antes era imposible y cuando no hay posibilidades.
6) Renuévate en la presencia de Dios (Salmo 92:10): «Pero tú aumentarás mis fuerzas como las del búfalo; Seré ungido con aceite fresco«.
Nota: Con frecuencia en la carrera cristiana aparece la fatiga y el cansancio por los obstáculos y problemas a superar. El desgaste en la vida también aparece por diversas situaciones y problemas, pero Dios es nuestra ayuda y fortaleza. Es Dios quien multiplica nuestras fuerzas cuando éstas se acaban, es él quien te sostiene de su mano cuando crees que vas a caer.
También nos dice el texto bíblico que el nos unge con aceite fresco, esto indica que el aceite se envejece y debe ser cambiado, cuando esto no se hace todo empieza a funcionar mal. Es necesario ir a Dios y retomar la visión y propósito de vida. En Su presencia todo nuestro ser recibe lo nuevo de él y podemos avanzar hacia su plan.
Conclusión: Ante las dificultades y obstáculos, debemos recordar y confesar el poder y grandeza de Dios, debemos mirar con los ojos de la fe, Dios es nuestro protector y proveedor, confía en él, solo avanza por el camino que te ha trazado, él va delante.
Fuente: www.estudiosysermones.com