Liderar un grupo de adolescentes puede ser una experiencia gratificante o una frustrante, dependiendo esto del nivel de conocimiento y de estrategias.
Para ser un líder juvenil efectivo, necesitamos pensar en términos de tendencias y no en tradiciones. Conocer las tendencias nos ayudará a ser relevantes para nuestros adolescentes, y ser relevante significa que debemos estar al corriente con los tiempos. Las siguientes son algunas preguntas que nos ayudarán a identificar las actuales tendencias de la cultura que influencian a su grupo.
¿Cuáles son los estilos de vestimenta más aceptados?
¿Qué programas de televisión ellos miran? ¿Cuál es el contenido de estos programas?
¿Cuáles son las frases o dichos populares?
¿Cuál es el estilo de música que escuchan? ¿Es cristiano o no?
¿Cuáles son los juegos de video o computadora más populares?
¿Cómo definen ellos libertad?
¿Qué es lo que más valoran?
¿Qué es lo que consideran como un tabú?
¿A qué se parece el ambiente en su casa?
¿A qué se parece el ambiente en su colegio o escuela?
¿Qué hacen ellos para divertirse?
Sensitividad a los varios niveles de madurez
No todos sus miembros estarán interesados en lo que usted les ofrece. Podrá ser desafiante para algunos mientras que aburrido para otros. Podrá percibirse como algo exclusivo para aquellos que no tiene “vida social”. Debemos estar conscientes de los niveles de madurez de nuestro grupo y de los intereses que tienen. ¿Cómo puede usted desafiarlos a moverse al siguiente nivel de madurez? Es importante también considerar su nivel de atención. ¿Cómo pueden ellos sentarse y escuchar sin distraerse o aburrirse?
Haciendo que su grupo sea dinámico
Manténgalo en movimiento
Dependiendo de la edad de sus jóvenes, su lapso de atención no será largo. Mientras más jóvenes, más movimiento y cambio se requieren. Esto puede necesitar mucha creatividad, mantener las cosas cambiando todavía puede hacer un impacto en sus vidas. Hay mucha información disponible en internet para líderes de jóvenes; también se han escrito algunos libros para ayudarle con algunas ideas. He aquí algunas sugerencias:
Dramas – ponga a algún joven para presentar su tema, o deje que ellos actúen en alguna situación sobre la cual usted enseñará.
Actividades desafiantes – juegos o actividades en equipo.
Videos – mostrando alguna parte de película popular que se relacione a su enseñanza y enseñe algún punto.
Tiempo de discusión – preguntas en tarjetas que se discuten primero en grupos, o deje que ellos hagan preguntas de repaso a otros.
Respondiendo al mensaje – por ejemplo, pegando tarjetas con nombres de pecados sobre una cruz, después de un mensaje sobre arrepentimiento, escribiendo declaraciones de visión, o declaraciones de acción verbal.
Dividir en parejas o en grupos más pequeños para responder algunas preguntas.
La importancia de construir relaciones
“Los educadores que hayan traído energía y creatividad a sus clases, sobresaldrán. Pero harán más quienes hayan construido relaciones fuertes con sus estudiantes” –Bill Gates
Es más fácil para los jóvenes encontrarse a sí mismos y pelear por su independencia en grupo; parece como que siempre vemos a jóvenes en grupo y casi nunca solos. Cuando podemos hacer que los jóvenes de un grupo se sientan como si fueran parte importante y que nos preocupamos, ellos estarán más dispuestos a participar. Ellos desearán estar aquí y tendrán más confianza para compartir sus pensamientos. No importa cuán dinámico pueda ser su tiempo, si ellos no se sienten parte del grupo o si ellos no confían en usted, ellos estarán reacios a participar. Definitivamente, esta no es una tarea fácil pero sí una que es bien recompensada; los jóvenes de hoy en día necesitan modelos cristianos a seguir que sean fuertes, para aceptar y seguir. Las siguientes son algunas sugerencias para ayudarlo a formar relaciones fuertes con sus jóvenes:
Aprenda sus nombres rápidamente y úselos frecuentemente.
Mantenga contacto con ellos fuera del tiempo de la reunión (correos electrónicos, notas, llamadas telefónicas, asistiendo a eventos que sean importantes en las vidas de ellos, llevándolos a comer)
¡Sea real! (los jóvenes son rápidos para darse cuenta si decimos algo y hacemos otra cosa, una manera segura de perder su confianza)
Escuche, ellos están buscando personas que quieran escuchar aquello que ellos tienen para decir, no sólo que les den consejo.
Busque oportunidades para darles palabras de ánimo. (Leys, 99-104)